APRENDER SIN ESTRÉS
Estudiar puede ser un problema para aquellas personas que comienzan un proceso de preparación de un temario concreto, bien porque se ha perdido el hábito de estudio o bien porque éste no se ha tenido nunca. Las excusas inmediatas que no dudamos en sacar a relucir son: “No tengo memoria”, “No logro fijar nada en la mente”.
Hemos visto personas ojear una lección entre un partido de tenis y un helado con amigos y luego mostrar una memoria de elefante en clase o en el examen. Pruebe preguntarle a ese genio cuál es su secreto. La mayoría de las veces le responderá que se trata de racionalizar el tiempo. No se requieren largas sesiones de estudio para memorizar mejor sino que, al contrario, resulta útil concentrarse durante breves períodos de tiempo y poderse conceder de este modo desconexiones que proporcionarán un descanso al cerebro.
Una buena memoria en el estudio es, en parte cuestión de método y organización. Si no posees una buena capacidad de organización y el estudio te crea ansiedad y problemas, prueba, para empezar, con estas sencillas pero útiles sugerencias:
· Si estudias para un examen, un test o una prueba de control, calcula aproximadamente cuántas páginas debes estudiar al día hasta la fecha fatídica y trata de respetar los programas de estudio;
· Aprende a estudiar en turnos de 30 minutos cada vez, con intervalos de hasta 5 y 10 minutos;
· No empieces por el tema más difícil; afronta en primer lugar las partes más accesibles, pues la satisfacción de saberse la lección recarga las pilas de la memoria.
Y como en todas las técnicas que vamos exponiendo progresivamente, se requiere práctica de cadas una de ellas. No es útil ni saludable para nuestra mente querer obtener resultados demasiado pronto. Tened paciencia, practicar cada técnica y cada vez obtendremos mejores resultados en nuestro proceso de estudio.
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